Si no sabes lo que quieres no verás lo que encuentras

Si no sabes lo que quieres no verás lo que encuentras

house-163526_960_720Normalmente sabemos lo que queremos.  Queremos un trabajo nuevo, encontrar amigos nuevos, cambiar el lugar de residencia, queremos comprar un coche,  realizar un viaje especial o queremos comprar una casa. Perfecto, ya tenemos definido el objetivo, pero esto no será suficiente si no analizamos correctamente las necesidades y desarrollamos adecuadamente las características de la búsqueda.

La primera pregunta a plantearnos podría ser ¿por qué lo necesitamos?, además de ¿para qué?. Deberíamos contestarnos con criterios realistas cuál es nuestro modelo ideal a conseguir y por supuesto saber a cuanto estamos dispuestos a renunciar y con qué recursos contamos, tanto emocionales como económicos.  Es importante reflexionar sobre las necesidades, compartirlas, comunicarlas y por qué no, escribirlas y estructurarlas.

Si en esta primera fase no somos sinceros o nos planteamos objetivos inalcanzables estaremos perdiendo el tiempo, desperdiciando energía y sobre todo perdiendo oportunidades.

Cuando buscamos una casa muchas veces nos frustramos porque no encontramos ninguna que verdaderamente nos ilusione pero ¿sabemos verdaderamente lo que buscamos? Saber lo que buscamos quiere decir tener bien definidas las características ideales, las absolutamente imprescindibles y las que pueden ser prescindibles. Si no realizamos concesiones a los aspectos prescindibles muy probablemente no encontraremos la casa que necesitamos.

En la búsqueda de una vivienda hay tres factores principales: ubicación, tamaño y precio. Con suerte, solo se cumplirán dos de los inicialmente definidos.  No pasa nada, es normal pero hay que asumirlo y decidirse pronto o perderemos nuestra oportunidad.

Si no somos conscientes de que la casa perfecta no existe, si no somos capaces de renunciar a alguno de los requerimientos iniciales, si no vemos que la casa visitada es la casa que buscamos nunca encontraremos la casa que necesitamos.

Ánimo, seguro que no es tu caso y que encontrarás pronto una magnífica casa. Y si quieres, ¡yo te ayudo!.

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